X-MEN: Primera trilogía

Los mutantes llegaron a la gran pantalla en el 2000, se repitieron el plato el 2003 y finalizó con un gusto agrio el 2006. Las primeras cosas que se sacaron en limpio de esta trilogía fue la Hugh Jackman como Wolverine y Halle Berry como Storm, además de parte de la trama en la primera y segunda entrega. Envejece mal desde el punto de vista de los efectos, pero tiene grandes aciertos en la estética y en varias actuaciones, como Sir Patrick Stewart (Charles Xavier) y Ian McKellen (Magneto).

En esta entrada analizaremos las tres películas iniciales de los X-Men con una calificación general para cada una. Comencemos.

X-Men (2000)

Tenía 6 años cuando se estrenó esta película y por ende, no tenía idea de que había salido. La vi por primera vez en el 2007, junto a mi prima Nicole, a todo esto, esa tarde tuvimos maratón y vimos las tres películas de una.

X-Men presentó un conflicto claro y sin matices. Los mutantes ya existían en el planeta para esa época y había uno que quería ayudarlos a controlar su poder e integrarlos a la sociedad, el profesor Charles Xavier, mientras que por el otro lado tenemos a uno que sabe que los mutantes son superiores a los seres humanos normales y quiere acabar con esta discriminación con el uso de la fuerza si es necesario. En el medio, pero inclinado para Xavier, está Wolverine, el lobo solitario.

Esa primera trama es buena y similar a los cómics. Además, destaca por las actuaciones de Xavier, Magneto, Wolverine y Tormeta, que destacan por sobre los demás. Hay un buen desarrollo de estos, aunque no se puede decir lo mismo de sus antagonistas como Dientes de Sable.

La estética que tiene la película es muy buena. Utiliza constantemente los colores metalizados para Magneto lo que ayuda a comprender su frialdad. La escuela de Xavier también es bella, y si bien, ahora se ve mal en cuanto a efectos, posee algunas virtudes para la época.

Así llegaron los X-Men a la pantalla grande, con una película que no fue brillante, pero entusiasmó y respondió al presupuesto que se tenía.

La Nota: 6.4

X-Men (2003)

En esta segunda entrega los X-Men se farrearon la oportunidad de deslumbrar y posicionar a los X-Men como un gran proyecto en el cine. Con un mayor presupuesto que su antecesora, se mantiene en una ‘zona segura’ con una trama muy similar a la anterior, pero más extrema, y se fueron a lo seguro… Darle más protagonismo a una de sus figuras, Hugh Jackman.

La trama de esta segunda entrega también enfrentaba dos facciones. La más extremista, liderada por el nefasto William Stryker, que quiere eliminar a como de lugar a todos los mutantes y los X-Men, que se ven envueltos en el drama porque el propio Stryker ataca la escuela de Xavier poniendo en riesgo a todos los menores que estaban ahí. Es en esta escena donde Wolverine se luce.

Magneto también protagoniza una increíble escena, que para mí es la mejor de la película, cuando escapa de la prisión de plástico. Espectacular.

Si bien la película mejora en efectos y se hace más bella por la estética visual, carece de algo más espectacular, teniendo en cuenta los 35 millones de dólares más que tuvo X-Men 1 (en total 110).

Nightcrawler es una de las nuevas incorporaciones de esta película. No es maravilloso, pero cumple, además, en esta entrega exploramos más a Cíclope, Jean Grey y Rogue.

En síntesis, la película logra mejorar un poco que su antecesora, pero no con la suficiente fuerza, sin embargo, cumplió a penas, apoyado por su cast.

La Nota: 6.6

X-Men 3: La batalla final

La última de la trilogía inicial de X-Men llegó el 2006 y provocó opiniones divididas. Para algunos es buena, para otros es un asco… Para mí es muy rara. Más cerca de lo malo, a que sea buena.

La película plantea la siguiente temática. Se encontró la forma de ‘curar’ el gen mutante. Algunos de los jóvenes que tuvieron este gen se plantean la posibilidad de dejar atrás su poder, como Rogue, ya que su poder le imposibilita tocar a cualquier persona, sino la mata. La otra temática es lo que planea Magneto, luego está el conflicto central, que es Jean Grey como Fénix Oscuero, pero al final todo es muy confuso.

Lamentablemente el final de Mystique es mediocre, se quieren abordar muchos temas en muy poco tiempo. La batalla final es algo difícil de explicar o de encasillar en una clasificación…

A gusto personal, creo que lo mejor de la película es sin duda Hugh Jackman, además de la oportuna aparición de mi X-Men favorito, Bestia.

Nada que decir del maquillaje y la estética, bien logrado, como en todas las otras películas, en especial con Mystique. Pero lamentablemente, esta última entrega cierra de mala forma esta intromisión de los mutantes en la gran pantalla.

La Nota: 4.8