PARASITE (2019)

Hace poco vi esta joya audiovisual, traída directamente desde Corea del Sur. Aclamada por la crítica y ganadora de numerosos premios, aquí vamos con Parasite.

Parasite es una historia, en su inicio algo simple, que se va complejizando a medida avanza el tiempo. Consta de una familia pobre, a la que le llega una oportunidad de oro. El hijo, que sabe inglés (aprendan inglés cabros), es recomendado por un amigo para hacerle clases a una chica de la alta sociedad. A partir de ahí, y de la buena impresión que deja, todo se va complejizando hasta un desenlace completamente alocado y fuera de cualquier suposición.

Parasite goza de hermosos planos, de una gran banda sonora, de una perfecta edición de sonido y fotografía, pero estas razones, si bien, aumentan su categoría como gran película, no son la razón esencial por la que se ganaron todos los premios.

El guión es atrevido, pero perfecto. La forma en como nos cuenta la historia es lineal, entendible, fácil de seguir y atrapante. Con algunos giros impecables, que nos dejan algo conmocionados. Seguimos sumando puntos para la cantidad de premios… Pero la razón esencial son las emociones. Creo que este aspecto es clave, porque con Parasite sentí de todo lo que se puede sentir.

Que decir de las actuaciones. Asombrosas todas. Ningún personaje sobra, todos tienen su propósito en la película, y nos deslumbran con una impecable performance.

El director desde el primer instante tiene a su audiencia cautiva. Ya sea con su música, su belleza en los planos, las situaciones de la familia o con los diálogos. Las secuencias son perfectas, y cada una de las emociones que sientes tiene un desarrollo total. Pasas de las risas a la conmoción, a la angustia, al susto, a la confusión, y que te mantiene al filo del asiento constantemente.

Parasite no te deja espacio para que la película decaiga y te de ese respiro, anhelado en algunas ocasiones, o que provoca lentitud en otras películas, sino que te bombardea constantemente con sensaciones nuevas.

Finalmente, agregar que Parasite es una de las más grandes obras que he podido ver en mi vida, por todo el conjunto ya descrito anteriormente. Bong Joon-Ho nos muestra su crítica a la alta sociedad, también su perfecta composición de planos, capaces de decirnos mucho con muy poco, y por ser absolutamente impredecible, otorgándonos un desenlace brutal y catártico, y un final de doble filo. Joon-Ho fue un maestro de orquesta, que dirigió de forma impecable a todo su formidable elenco.

Nota: Si esta película no merece un 10, no sé cuál lo haría.