Falcon y el Soldado del Invierno
(2021)
Ufff… Personalmente esta era la única serie que esperaba con cierto Hype de todo lo anunciado por Marvel, y en verdad no decepcionó. Tremenda, emotiva, contingente y restaurativa.
Partir esta reseña con que agradezco demasiado que se cuenten este tipo de historias. Más allá de que sea una serie de superhéroes, nuestros héroes no son nada si no se mezclan con los problemas sociales. Me gustaría que reflexionáramos realmente en nuestras razones por las que una gran mayoría quería a Bucky como Capitán América, no será por lo que dijo Isaiah… “Nadie quiere un Capitán América negro”. Palabras profundas, que calan, y que espero que hayan hecho eco en las mentes, porque, al menos por lo que nos ha mostrado Marvel, en Winter Soldier, Civil War, Infinity War y Endgame, en verdad no había como justificar un traspaso de mando a Bucky, a pesar de que este si sea Capitán América en los cómics, y quizá comparta el mando en algún futuro. El justificado al cien por ciento siempre fue Falcon, pero las connotaciones raciales, e históricas, en que nos sumerge esta serie, nos dan luces de porqué costó tomar ese rol… Dicho aquello, vamos con la serie.
Son solo seis capítulos en los que podemos ver un poco más acerca de un mundo sin el Capitán América. Bucky está en rehabilitación y es mucho más aceptado en sociedad. Sam sigue trabajando de forma independiente con el ejército y decidió donar el escudo del Cap para el museo. Lo que él no sabía es que EE.UU quería tener un nuevo héroe y así fue escogido John Walker, interpretado por un perfecto Wyatt Russell.
Junto con esto, Sam se encuentra investigando a los Flag Smashers, un grupo extremista que pretendía unir al mundo, al mundo previo al “blip” (blip es el chasquido de Hulk que devuelve a todos los desaparecidos por Thanos). Me gusta mucho que nos cuenten de los problemas sociales de las personas en el blip, post blip, y como esto afectó al ser humano común.
La serie tiene mucha fuerza desde todo aspecto. Desde lo superheróico por quién merece el manto del Capitán América. Desde el punto de vista de la acción acerca de cómo se detiene a este grupo antagonista, y las subtramas que esto conlleva, el tema de si se puede o no replicar el suero, el mismo Barón Zemo, y que pasó con la Agente Sharon Carter, luego de ayudar al Capitán en Civil War. Desde el punto de vista social y contingente, los problemas comunes y reales de la familia de Sam y los problemas psicológicos de Bucky, además de la propia trama de los villanos y el racismo, tan presente hoy en Estados Unidos. Todo es una mezcla de sensaciones que no decae.
A nivel de diálogos, la serie es tremenda, sobre todo en la recta final. En relación a las actuaciones, destacar el trabajo de Wyatt Russell como John Walker, y la química perfecta entre Sam (Anthony Mackie) y Bucky (Sebastian Stan). Destacar absolutamente lo realizado por Daniel Brühl. Sin duda un gran cast, con excelentes actuaciones. Oye y el soundtrack… JOYA. Muy del estilo de las películas del Cap, no bajan la nota en ningún momento.
Personalmente me emocioné mucho con los capítulos finales de la serie. El racismo es algo que ya ni debiésemos discutir, pero se agradece demasiado que estén en este tipo de productos, porque es una problemática que no ha decaído, y no sé si decaiga alguna vez… Espero que sí. Ojalá que nos haga reflexionar. El mundo necesita cambiar, y es por eso que hoy tenemos a nuestro Capitán América negro en el live action.
Nota: A la altura de lo realizado por Daredevil y Jessica Jones. Un solvente 8.5.