Constantine (2005)

La película dirigida por Francis Lawrence y protagonizada por Keanu Reeves es una adaptación de, para variar, otra novela gráfica del ermitaño, pero maestro, Alan Moore. Si ves esta película esperando maravillas, como las de las historias de Hellblazer, no… no es tú película. Pero si vas sin mucha expectativa, como yo, la verdad es que se hace bien llevadera.

Constantine cumple. No es una maravilla visual, pero tampoco es aburrida. Todo parte con un Constantine que busca redención del cielo. Él, de pequeño, vio a los híbridos que rondan entre el cielo y la tierra, tanto demoniacos como angelicales. Estos híbridos tienen la misión de influir en las personas, pero no de tomar decisiones por ellas. Así, el ser humano decide por cuál de sus impulsos se deja llevar. Constantine, al no saber cómo lidiar con esto, busca suicidarse (no se muestra nada de esto, sino que se especula de lo que nos van contando en la película) pero vuelve del infierno. Cumpliendo la pena, como aliado del cielo y buscando perdón para evitar volver al infierno, devuelve a cada demonio que cruza el límite, no porque se apiade de la víctima, sino para buscar su propia redención.

Bajo este argumento inicia la trama de la película, sumado a que una persona X encontró ‘La Lanza del Destino’, aquella mítica arma que traspasó el costado de Cristo en la cruz, y que tiene el poder para que el hijo del Diablo pase a la Tierra, y la domine.

Constantine posee muchas referencias al propio cine, como Hombres de Negro, El Exorcistas, Blade Runner, Scarface: el terro del hampa, entre otras. Además, los guiños a la cultura cristiana siempre deben estar presentes en una película que trate de cielo e infierno, ángeles y demonios. La estética de la película y el cómo se graban los planos plantea constantemente la idea de que Constantine está entre medio de ambos mundos.

También hay mucho detalle de la personalidad de este personaje, ya que, si bien es un aliado del cielo, posee los vicios del infierno, como su constante adicción al cigarro y la música jazz, catalogada en algún momento como la música del diablo. Los efectos de la entrega no envejecen bien. Cabe destacar que soy un ser demasiado miedoso y odio el cine de terror, nunca lo veo, no me gusta, y de hecho no quería ver la película por lo mismo, pero no sentí miedo, sin embargo, no son del todo malos.

Constantine es disfrutable, es entretenida, y si bien no es el mejor trabajo de Keanu Reeves, logra canalizar cierta esencia del personaje de las historietas.

Nota: 6.0