Turning Red: Forja tu propio camino

La nueva entrega de Pixar, que se estrenó directamente en la plataforma Disney+, al igual que en cines, no estuvo exenta de polémica. Que era incómoda de ver, que era muy para niñas, que no se sienten identificados, bla, bla bla. Lo cierto es que Turning Red es una gran carta de reconciliación hacia la familia. El no hacer lo que te dicen que debes hacer o estás destinado a ser por tu familia, sino a ser lo que realmente quieres ser. 

Navegando por internet me encontré con una imagen que decía «Las niñas de hoy no quieren ser princesas, ni quieren príncipes azules, quieren reconciliarse con su familia», esto en relación a Encanto y a la película de la que vamos a hablar ahora. Turning Red nos cuenta la historia de Mei Lee, una chica de 13 años que ya se cree adulta, y está viviendo ese proceso de pasar de niña a adolescente, ambientada en el año 2002.

Mei Lee es una chica prodigio, le va muy bien en el colegio, ayuda a su familia trabajando con ellos y tiene tres grandes amigas, Miriam, Priya y Abby. De momento todo va bien, hasta que su madre pilla unos dibujos de Mai Lee fantaseando junto a un chico al cual nunca habló, haciendo una escena que deja en vergüenza a Mai Lee. Durante esa noche ella experimenta cambios drásticos, representados por el Panda Rojo, un Panda que se hereda a todas las mujeres de su árbol genealógico. De ahí en adelante todo cambia…

La trama consiste en que Mai Lee y sus amigas anhelan con toda su alma ir a ver un concierto de 4*Town, un grupo de pop estilo Bastricks Boys, N’Sync o BTS. Ellas los aman, sueñan con ellos como chicas de 13 años, y claramente sus padres no les permitirán ir, así que ellas buscan ingeniárselas para conseguir dinero y estar allí. Junto con esto, la trama se divide en más subtramas como la de May Lee con su madre, y en como la propia May lidia con todo lo que significa el transformarse en un Panda Rojo gigante.

La película está muy bien armada y construida. Te va guiando de muy buena forma para no perderte y entender todo. Realizada para niños, pero también para adultos, sobre todo aquellos que sienten que tienen algunos problemas con sus padres, quizá no graves, que signifiquen un quiebre total en la relación, pero si algunos detalles o cosas que nos restringimos por no querer decepcionarlos.

Con respecto a la música, me encantó. Siento que está bien utilizada, es motivante como grupo de música pop. La animación también es muy buena, apreciable con los fondos y los detalles del Panda Rojo. El clímax de la película es grotesco, impactante y muy emotivo, funcionó muy bien.

En relación a las polémicas. Turning Red en ningún caso deja mal parado a los padres. La preocupación de Ming Lee por su hija, asustada de que este chico con el que se shippeaba Mai, le haya estado haciendo algo es una reacción muy rescatable, de estar atento a tus hijos, pero claro, falla en el tema comunicativo con ella. Además, Ming Lee tenía sus propios problemas con su madre, y puedes sentirte identificada con ella, tanto como con Mai Lee.

¿Es incómoda de ver? Para nada, todos fuimos así a esa edad, exagerados, agrandados, así éramos, y me gustó mucho la representación que le dio el estudio a este grupo de amigas. ¿El Panda Rojo es una representación de la menstruación, y por eso un hombre no se siente identificado? En lo absoluto, si bien el Panda Rojo si tiene esa connotación, no es la única que tiene, es un cambio total de niñez a adolescencia, también es algo que quieres ser, y que decides serlo, a pesar de lo que te diga tu familia sobre eso. Tiene mucha más representación, que puedes identificarte con cualquiera de ellas.

Turning Red es peliculaza, ideal para ver en familia y desmenuzar después con tus seres queridos. Me gustó bastante, y disfruté mucho viéndola.

Nota: 8.2