Batman: Un Lugar Solitario
Para Morir (1988)

Una crónica de un Robin anunciado. Esta historia nos mete dentro de la psicología del personaje, y del por qué está justificada la existencia de Robin, tanto para la mitología del personaje, como para el propio Batman y los villanos que rondan por Gotham. 

La muerte de Jason Todd sigue rondando firme por la cabeza del murciélago. Esto, al igual que en Año Tres, vuelven al murciélago mucho más despiadado, pero a la vez, más descuidado. La cantidad de heridas aumenta significativamente, y está perdiendo la cuota investigativa que tanto lo caracterizaba.

Paralelo a esto, la historia se basa absolutamente en Tim Drake, un joven que estuvo presente en el circo cuando los padres de Dick Grayson murieron, y que a partir de ahí, empezó a obsesionarse con Batman y Robin, a tal punto de descubrir las identidades de ambos, incluida la de Jason Todd y su muerte, desconocida para la población en general. Tim cree firmemente que Robin le quita oscuridad a Batman, lo hace ser más cauteloso con el mismo y lo hace ser un mejor héroe para Gotham, junto a esto, el mensaje de que Batman patrulle solo no deja de ser contraproducente, porque se puede descubrir que Robin murió, y que a raíz de eso, Batman sea frágil, y pueda ser vulnerado y derrotado, es por eso que Robin pasa a ser un símbolo que debe estar presente.

Con estos dos potentes argumentos Tim va en busca de Dick, para tratar de decirle que vuelva al alelo de Batman, y junto con esto también entran los Jóvenes Titanes dentro de esta historia.

En lo argumental, la historia escrita por Marv Wolfman, y dibujada por Jim Amparo, da en el clavo. Esto acompañado de la continuidad que se le otorga al dibujo y los entintados, que hacen que todo sea más fluido para el lector. Me gusta mucho la pluma de Wolfman, justifica de alguna forma el hecho de que Robin esté presente en la historia de Batman, más allá de que sea un adolescente, le entrega más sentido, y ya a esta altura, le da un tinte mitológico al personaje, al igual que Batman ya es un símbolo para Gotham.

En desarrollo de personaje gusta mucho. Me molesta un pelo Tim porque se da muchas vueltas para explicar las cosas, preocupando a los Titanes, y sobresaltando a Alfred, pero es un tremendo aporte para la historia, y en su primer número prometió ser un tremendo Robin, y así lo fue.

El antagonista no es otro que el dual de Harvey Dent, pero el final nos sorprende con un tremendo giro, que a mí me dejó mal. Sin embargo, lo malo no deja de ser el formato de Planeta de Agostini, que parte con la historia en el tomo 7°, y que continúa en el 8° con dos números más. Que rabia me dan cuando ponen historias entre cortadas en los tomos. Hermosa estrategia comercial, pero que le hace daño al lector y coleccionista que solo quería una historia :c

Nota: 7.7 (por el cómic, el formato lo evaluaremos cuando termine los 40 tomos).