Luego de la exitoza trilogía de fines de los ’70 e inicios de los ’80, George Lucas volvía a expandir este basto universo intergaláctico con otra trilogía, que funcionaría como precuela de los tres film iniciales. El primer de todos fue «La Amenaza Fantasma», estrenada el 2000.

El maestro Jedi Quin-Gon Jinn, y su padawan Obi-Wan Kenobi, fueron enviados a Naboo para negociar con la Federación de Comercio, y así que estos pusieran fin a su bloqueo en el planeta. De alguna forma, todo sale mal, y la Federación, influenciada por un Lord misterioso, se toma,  militarmente, el planeta Naboo. La misión es expulsar a los invasores y devolver la paz al planeta.

La Amenaza Fantasma fue una película planeada meticulosamente, sin embargo, le faltó mucha más fuerza de la que tuvo para encantar completamente a los fans (creo yo que a partir de este momento el Fandom tóxico de Star Wars se expandió).  George Lucas, con la casa editora Dark Horse, habían editado un par de cómics en los ’90, había sido un éxito y había un interés por esta saga, así que Lucas, supongo yo, para involucrar tanto a viejos (los fans de las antiguas sacas) como a jóvenes (los que no habían visto nada aún), decidió hacer una amalgama un tanto explicativa, que mantenía cierta esencia, pero con toques muy infantiles.

Uno de esos errores fue Jar Jar Binks, un personaje que perfectamente pudo ser menos torpe, pero claro, funcionaba como alivio cómico, lamentablemente fue un pésimo alivio cómico. Otra cosa que marca la Amenaza Fantasma es que fue muy política, y con poco combate. Si bien al principio se nos da una muy buena escena de acción, se va perdiendo a lo largo del metraje hasta que llegamos al final, con un gran combate, muy bien coreografiado.

Pasemos al gran antagonista. Si bien sabemos que es el Lord Sidious, el enemigo principal aquí es Darth Maul, un personaje que termina convirtiéndose en un villano genérico. Es sombrío, imponente, hábil, pero no habla, solo sigue órdenes. Se sintió muy débil.

El film también busca abarcar mucho, pero sirve para extender más el universo. El tema de los midiclorians, la fuerza, la Orden Jedi y los Sith, son explorados, algunos más abarcados que otros, pero cumplió al darnos una nueva perspectiva de lo que fueron las tres películas iniciales, en donde hay una revolución, por ende se hacen más entretenidas. Aquí tenemos que llegar al rompimiento de un «orden» establecido, por eso se hace todo más lento.

Es interesante ver el plan de Sidious, y como a pesar del presunto fracaso, sigue con su plan en marcha, es como que si las propias fallas las hubiera planeado. Es fascinante.

Hablar de los Jedi. Liam Neeson es fantástico en toda su expresión, demuestra sabiduría y rebeldía, hace un gran papel de Quinn-Gon. Edward McGregor no se queda atrás con una buena interpretación del joven Obi-Wan. Me gustó mucho Natalie Portman y Jake Lloyd, el joven Anakin. Siento que en cuanto a actuación hay una gran estabilidad.

Con  respecto a vestuario, creo que Star Wars por lo general es bastante bueno en este sentido. Hay una real preocupación por los aspectos de los personajes, y encantan mucho. El maquillaje de Dart Moul es fascinante. Siguiendo por la esfera estética, pero pasando a la banda sonora, John Williams realiza un perfecto trabajo, tomando tintes de los clásicos y desarrollando su propia versión, una banda que acompaña de gran forma la película.

En síntesis, La Amenaza Fantasma cuenta una buena historia, que de alguna forma trata de abarcar mucho, y por ende varias tramas están mal desarrolladas, pero aporta al universo. Es siempre un placer ver a Quinn-Gon.

Nota: 6.5