AMAZONAS

«Su nuevo destino empieza aquí, han vagado en el limbo durante siglos… y pronto lo abandonarán»

HestiaDiosa del hogar

Artemisa, diosa de la caza, se le ocurre una idea, crear una raza que pueda conectar a los humanos con los dioses. Que les muestren comprensión, bondad y dureza cuando sea necesario.

La diosa griega presentó este proyecto en el Panteón. Se llevó las críticas de Ares, que quería someter a la humanidad por el miedo, y la indiferencia de Zeús, que le dio absolutamente lo mismo que hacían. Aún así, junto a Afrodita, diosa del amor, Demeter, diosa de la agricultura, Hestia, diosa del hogar y Atenea, diosa de la sabiduría, más Hermes, el dios mensajero, deciden llevar el plan adelante.

Ellas, sin Hermes, van al rincón más inexplorado del mundo, el Hades, donde yacen las almas de los muertos. Pero no van a cualquier parte, van a la Matriz de Gea, la fuente de la vida. En ese remolino se veían unos destellos. Eran las almas de las mujeres cuyas vidas fueron cortadas por la ignorancia de los hombres. Todas aquellas que fallecieron por culpa del femicidio y la violencia de género.

Las diosas utilizan su poder, y estas almas caen al océano para salir a respirar otra vez. Son mujeres, con distintos rasgos, colores de pelo, rasgos faciales, pero amazonas, la nueva raza de las diosas. La primera en emerger fue Hipólita, que terminó por convertirse en la reina. Eso sí, no todas las luces volvieron a la vida, quedó una flotando. Las diosas dijeron que pronto nacería aquella amazona.

Se instalaron en la tierra, pero los engaños de Ares y la envidia del hombre, provocó que fueran engañadas por Heracles y violentadas hasta quedar presas, golpeadas y violadas… Hipólita, sacando fuerzas de flaqueza, logró liberarse a ella y sus hermanas, para asesinar a todos los maltratadores.

Ella se dio cuenta que hacía mal con la venganza, que habían fallado en su misión. Pero las diosas no las desampararon. Las llevaron a una isla en la cual debían contener los peligros más brutales de la humanidad. Si fracasaban, el destino del mundo quedaría colgando de un hilo. Ellas aceptaron el desafío y quedaron recluidas a la Isla de Themyscira.