Superman II (1980)

La secuela del Hombre de Acero es gratamente recordada por aquellos que la vieron en su tiempo, pero no tiene el mismo ‘buen envejecimiento’ que la primera película de Clark Kent. ¿A qué se debe? Quizá a que se notó que Richard Donner no tuvo la última palabra en esta cinta.

Richard Lester, sucesor de Donner, mantuvo ciertos aspectos de lo que hizo impecable a Superman en 1978, pero se agregaron otros que pudieron haberse evitado (como algunos poderes absurdos de Superman) o cuidar ciertos detalles (como las coreografías de peleas, no pedíamos efectos, solo mayor cuidado).

El tema es que la secuela de Superman traía a la gran pantalla a uno de los máximos villanos de la mitología del héroe, el General Zod y sus dos secuaces, Ursa y Non. La película inicia con un gran ritmo, mostrándonos otra vez (lo exhibieron en la primera entrega) el juicio en el que Jor-El, padre de Clark Kent, aprisiona a Zod en la Zona Fantasma, evitando que estos mueran con la destrucción de Kriptón, y siendo liberados CONVENIENTEMENTE luego de que Superman dejara una explosión en el espacio.

Lo cierto es que los villanos no son temibles. Si hay unas grandes demostraciones de poder que devastan la Tierra y eso está muy bien logrado, ya que tres kriptonianos malvados tienen el poder para destruir todo a su paso, pero hay falta de cuidado en aspectos como la rendición absoluta y total de Estados Unidos ante Zod. No hay ni un esfuerzo por intentar detenerlos, nada.

También sorprende lo rápido que Clark le confía sus cosas a Lois Lane. Y bueno, la cantidad idiota de poderes ‘no canónicos’ hace de que este Superman no sea tan serio como el de la otra película, y que borde constantemente con lo ridículo, aunque eso no quita la brillante actuación de Reeve como el ‘Último Hijo de Kriptón’.

Siendo el descuido su gran pecado, hay grandes aciertos y virtudes como las actuaciones de Reeve o Margot Kidder (Lois Lane) y no podemos dejar de lado la excelsa banda sonora que acompaña a cada una de las películas de Superman.

A modo de conclusión, esta película cumple dentro de ciertos aspectos. Es familiar y entretenida, no es seria, pero es disfrutable. Para mí, la 1 no tiene comparación alguna, pero la 2 igual me gustó bastante. Lo que viene después de esta obra maestra y de una secuela aceptable, es simplemente la debacle del Hombre de Acero.

Nota: 6.7