Echo: Un Retrato Profundo que se Queda en la Superficie

La serie de Echo, compuesta por 5 episodios de aproximadamente 40 minutos cada uno, nos sumerge en la vida de este fascinante personaje, conocido como la «hija adoptiva» de Wilson Fisk, que hizo su debut en el MCU a través de la serie de Hawkeye.

La trama nos lleva a explorar el pasado de Echo, revelando sus raíces aborígenes Choctaw, un pueblo indígena de América del Norte. Además, se nos muestra el impacto que tuvo en ella el desenlace de Hawkeye, donde se ve obligada a enfrentarse a Wilson Fisk de una manera impactante.

A pesar de tener el potencial para convertirse en uno de los mejores proyectos de Marvel, Echo nos decepciona al tomar un rumbo diferente al esperado. Aunque se vuelve canon todo lo realizado por Marvel en Netflix con Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist, la serie toma un camino que no termina de satisfacer a los fans, especialmente después de la expectativa creada por la inclusión de Daredevil.

La actuación de Alaqua Cox, una actriz nativa-estadounidense, es impecable y sólida. Su interpretación de Echo es convincente, al igual que la de Vincent D’Onofrio como Wilson Fisk. Además, el uso de la colaboración de la comunidad Choctaw enriquece el aspecto cultural de la serie.

Sin embargo, Echo cae en los mismos errores que sus predecesoras al ser superficial y no aportar significativamente al universo de Marvel. A pesar de disfrutar de los productos de superhéroes, debo admitir que Echo se siente plana y prescindible en términos de guión. En resumen, aunque personalmente disfruto de los productos de superhéroes, objetivamente Echo se queda corta y recibe un 6.0 de 10.

Nota: 6.0