Adiós Tomáš Rosický

Y llegó el día… ‘El pequeño Mozart’ dijo adiós al fútbol. Salvo los fanáticos del Arsenal, es poco probable que otras personas lo conozcan o dimensionen lo que él significó para nosotros… Hasta Siempre Súper Tom.

Te vi jugar por primera en Alemania 2006. República Checa jugaba ante Estados Unidos. Ese día no fui al colegio por el Mundial, ese día me quedé con mi hermano viendo el deporte más hermoso del mundo… Ese día te vi anotar un golazo, un golazo que sin si quiera conocerte, sin si quiera ser checo, estando a tantos kilómetros de distancia, me hizo gritar ‘GOOOOOL’…El segundo que anotaste ese día demostraba otra de tus cualidades, la vertiginosa y explosiva. De ahí en adelante quise jugar como tú, pero no podía, yo era más del Pipo Inzaghi, mi hermano era más de tus cualidades.

Te perdí el rastro, hasta el 12 de septiembre del 2009. Veíamos el compacto de goles de una derrota del Arsenal ante un incipiente Manchester City, uno de los descuentos fue tuyo. ¿Ese es el mismo de República Checa? Lo era… Mi hermano ya era fanático de los Gunners, yo no tanto… Empecé a seguir tu carrera, supe que estuviste en el Sparta Praga y que le anotaste al Arsenal en la Champions del 2000-01, eras un niño eludiendo a la mejor defensa de la Premier y marcando con clase, como siempre lo hiciste…

Pasaste por el Borussia Dortmund, y post mundial llegaste al Arsenal. Lamentablemente te lesionaste, y las malditas lesiones no dejarían que tu carrera explotara como merecía que explotara…

Ese 5-2 contra el Tottenham, ese descuento ante el Milan, esa bomba ante el Olympiakos, otro gol a los ‘Spurs’ por FA, cuando los eliminaste en el último minuto, el golazo lleno de toque y maestría ante el Sunderland, ese último cañonazo en White Hart Lane en el 1-0… El gol al Brighton o al QPR… Esos dos últimos que manera de gritarlos… Hasta las lágrimas… Ni si quiera fueron importantes, pero significaban mucho, porque la leyenda siempre volvía a marcar, siempre volvía con el escudo del Arsenal en el pecho, siempre volvía con ganas de meter, de ganar, de empujar… Siempre fuiste un revulsivo, un tipo que iba para adelante cuando nadie más iba, cuando todos estaban muertos entrabas y las cosas cambiaban.

Solo levantaste tres trofeos con los ‘Gunners’, dos FA y una Community. Nunca estuve más feliz que en esos, porque no podías irte sin alzar una copa. Las más grandes leyendas no son las que ganaron más, son las que dejaron huella… Estuviste 10 años en el equipo en los peores momentos y siempre fuiste aporte. Nunca te amurraste, siempre entraste con la mejor de las ganas…

Eternamente agradecido de tener el placer de verte jugar, de ser un fan tuyo, de tu fútbol que jamás podré imitar ni si quiera a nivel de barrio, de tus goles, tu entrega, tus ganas de vencer una y otra vez a las lesiones.

Te admiro demasiado, espero algún día tener el honor de conocer a uno de mis jugadores favoritos, te voy a extrañar… Luego de Pires y tú… nadie será digno de la ‘7’ a menos que se la gane con el mismo esfuerzo y talento que ustedes.

En este mundo marcado por el mercado, el marketing, el vil dinero, hacen falta jugadores como Rosicky, tipos que amen a una institución, que disfruten jugar al fútbol como niños, que se enojen cuando caen, pero que siempre tengan una sonrisa en el rostro, porque aquí nos levantamos juntos. Son muchos los valores que aprendí de ti viéndote desde la televisión. Eres un crack, fuiste y siempre serás un gigante, gracias por tanto.

Hoy te retiraste jugando con tus amigos… Te veías alegre, te veías contento guiando a la esférica con tus mágicos pies… Hasta siempre ‘Súper Tom Rosicky’.